Comienza el curso de teatro y algunos no están seguros de lo que significa actuar, ni el teatro. Cuando les preguntamos lo que quieren, no lo saben con certeza. Lo que sentimos los profesores es que hay unas expectativas en la escuela y que los alumnos sí saben que esperan que, de alguna manera, el teatro llene una parte de su vida o le dé sentido a toda ella.
Lo futuros actores escucharán esta frase en las clases o la verán escrita por algún sitio. De momento quizás no le ven mucha relación con la interpretación, pero estamos seguros de que durante el tiempo que compartan con nosotros, va cobrando sentido.
Fuerza y amor es el lema de los profesores de interpretación de Metrópolis.
Basándonos en ese lema hemos creado una metodología basada en el trabajo del actor sin dolor, disfrutando del proceso, de su imaginación y teniendo herramientas suficientes para construir personajes acudiendo a todo su imaginario.
Este lema no siempre estuvo allí, se ha ido forjando a lo largo del tiempo, pero se ha ganado su posición y estamos seguros de que para muchos exalumnos sigue siendo un modo de entender el teatro y la interpretación en general.
Fuerza y amor, ambas cosas necesarias, ambas cosas te pueden hacer crecer como actor, ambas cosas hacen que brilles en escena y ambas cosas pueden ser el lema de una vida.
FUERZA en el escenario para hacerte visible, para estar seguro, para no dudar, para tomar decisiones, para ocupar lugares, para escuchar, para ver, para ser libre, para dejar que el cuerpo experimente, para pisar fuerte y coger del suelo y del aire esa presencia tan necesaria, para comprometerte, para conectarte… Hasta que toda esta fuerza te aporte la presencia necesaria para crear verdad en lo que haces.
Y fuerza fuera del escenario para ser disciplinado, buscar lo que te haga feliz, leer, hablar, formarte, no dejar que lo que opinen los demás te afecte negativamente y otras tantas cosas.
AMOR para ser generoso, para ser transparente, para enseñar lo que tienes dentro, para querer que el compañero lo haga genial, para dar lo mejor de uno mismo. Contar una historia tiene siempre un propósito, y para poder llegar al público ese propósito tiene que ser claro, verdad y poner todo mi empeño en ello. Para eso la generosidad es una gran aliada.
A lo largo de los tres años de formación que ofrecemos en la escuela, vamos dando la posibilidad de experimentar en tu propia creatividad y el tipo de actor que quieres ser. Todos tienen mucho que ofrecer al mundo y cada uno en su propio estilo, respetamos su identidad y le acompañamos en su crecimiento, sabiendo que encontrarán su camino, y descubrirán el actor que tienen dentro y que quieren ser.
Fuerza y amor chicos, feliz comienzo de curso.