Vayamos por partes del título:
1.- Donde se acaba Rusia, a la derecha del todo, ya en el pacífico y al norte de Japón se encuentra una península enorme y desconocida: Kamchatka.

2.- “El algoritmo” es el sistema a través del cual internet te ofrece fundamentalmente “cosas” con las que estás de acuerdo. Por eso todo el mundo hoy tiene una visión extremadamente distorsionada de la realidad, porque sólo lee y recibe información que confirma sus posiciones, ya que el “algoritmo” se encarga de que así sea.

Y lo cierto es que cuando no estás de acuerdo con nada, internet en su magnificencia también te permite leer “todo el rato” a personas, entidades, ideas que como tú tampoco están de acuerdo con nada.

Hace unos días conversando con mi hijo me ofreció una alternativa al algoritmo, una base de lucha personal: obligarte a ti mismo a un período a la semana, creo que eran 2 o tres horas semanales, a leer artículos, ver vídeos, etc, basados en posiciones completamente antagónicas a la suya. Él reconoce que cada dos o tres semanas encontraba un punto de reflexión que le hacía cambiar de opinión en algo. Como mi hijo se dedica fundamentalmente a la ciencia y por culpa de luchar contra el algoritmo, su Youtube, se llena permanentemente de terraplanistas, negacionistas de la llegada a la luna, homeopatía y todo tipo de sandeces, que en el fondo siguen afianzando sus posiciones científicas (no hay más que arañar en los orígenes de la acupuntura para darse cuenta que es un cuento chino). En mi caso y sin necesidad de luchar contra el “algoritmo” la probabilidad de que me cabree cuando veo o leo una noticia “manipuladora de los datos”, o que directamente se los inventa, es directamente proporcional a la hora del día en la que la reciba: soy más propenso a la ira a primera hora del día que por la noche.

Siempre he creído que el cine es un acto humano estético-artístico-comercial, y por lo tanto industrial, jamás se me ha ocurrido sumar a la ecuación cosas como reivindicativo o combativo. De hecho “el acorazado Potemkin” desde mis tiempos de estudiante me pareció un burdo panfleto sectario que pagaba los delirios de un director que no era otra cosa que el brazo armado “cultural” de un movimiento muy bien intencionado. De hecho la propia Wiki indica: “Todo elemento es utilizado como propaganda para la legitimación ideológica del régimen comunista”. Aunque probablemente lo indique así hasta que a alguien que no le guste esa frase la edite y ponga otra que le parezca más adecuada.
Así que en general “el algoritmo” se ha encargado de que me lleguen cosas que yo considero que rebosan sentido común, con el riesgo que tiene pensar que tu sentido común es el verdadero frente al sentido común de otros humanos. Pero estoy dispuesto a la apertura cultural y a darle una oportunidad a la técnica “antialgorítmica” a pesar de la muy probable pérdida de tiempo que en general signifique.
Todo el que me conoce atisba mi opinión sobre la función que creo que el cine cumple en conjunto del arte, en las antípodas de ser el instrumento mediatizador de nadie. No deseo a nadie al otro lado de la pantalla tratando de darme lecciones de vida, moral o vaya usted a saber, más allá de las que implícitamente se revelan de TODAS las obras de arte.

Esta es la landing de Kamchatka, a la izquierda Animalario (Alberto San Juan) argumenta que la monarquía se cae a pedazos, y justo a la derecha Animalario (Roberto Álamo) recibe un enorme rapapolvo por su participación en un anuncio de apuestas: claro que lo recibe de un modo muy indirecto y sin ser mencionado, apuntando a Cristiano Ronaldo o a Carlos Sobera, pero muy inteligentemente dirigido a Roberto. Y por último a la derecha del todo, de nuevo de un modo sutil (tan sutil que en realidad no es eso) Kamchatka se queja de que Animalario no haya dedicado un monográfico a Gloria Fuertes. Es como si el “algoritmo” hubiera sufrido una enorme neurosis cognitiva, y decidido en una sola portada mostrar simultáneamente el aleph y el nirvana: por eso, pasear por esa remota península de la antigua U.R.S.S. es edificante, se haga desde el punto de vista que se haga.

El cine, las series de TV, por fortuna, pueden crear enormes explosiones de dopamina sin necesidad de que el algoritmo regule cómo llegar a ellas. Hace poco me comí entera Homecoming, probablemente el peor producto que haya visto en toda mi vida, aunque me lo han intentado colar como arte. (Homecoming será un próximo post). Aunque hay cosas peores, pero darse cuenta de que son peores precisa de un enorme esfuerzo por aprender a manejar datos y números, y no parece que estemos muy dispuestos a ello, así que una vez que sabemos que vivimos en Matrix, dejemos que algunas de sus subrutinas manipulen a su antojo.

Sigue a Kamptchaka en https://www.kamchatka.es, como parte de su ideario: “Nuestra apuesta por el Audiovisual es un compromiso con el cine más reivindicativo, empoderando el documental como pieza periodística para educar y generar transformaciones sociales.
Bienvenidos a Kamchatka, un lugar para resistir. “

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